domingo, 25 de mayo de 2014

Adiós mamá, Shé

Quería dedicar una entrada a una de mis canciones favoritas, una canción que tengo en mi móvil y que suelo escuchar a menudo. Me atrevo con una canción fuera del listado porque va acerca un tema que no se recoge en éste y al que deberíamos dedicar un momento de reflexión. Un tema que un día me tocó de cerca.

Y es que estoy cansada de ver en el Telediario noticias sobre otro accidente en la carretera, las recomendaciones de la DGT y las campañas de sensibilización no valen o es que los conductores no le hacen ningún caso a las normas de circulación. Creo que no somos consientes de que el coche es una máquina y nosotros no.
Lo importante es llegar, no cuando. Todo, en la mayoría de las ocasiones, por no ir a una velocidad adecuada, no ir en las condiciones optimas para conducir por haber bebido. Y no es que pongan en peligro sus propias vidas las personas que conducen de forma imprudente o bajo los efectos del alcohol u otras sustancias, lo peor es que igualmente ponen en peligro la vida de las personas que viajan con ellos y la de otros conductores, peatones, ciclistas,… que nada tienen que ver con ellos y que hacen las cosas de forma correcta. Como le ocurre a la protagonista de la canción, ella había hecho lo correcto, había hecho una promesa, la había cumplido, pero alguien en su lugar no lo hizo.

Son muchísimas las vidas truncadas, las ilusiones y sueños rotos por una imprudencia, por fatalidad y por mala suerte. Padres, hijos, demás familiares y amigos que pierden a sus seres queridos, vidas que quedan huérfanas y rotas por el dolor, en una incomprensible fatalidad del destino.

Sé que es difícil pero, si ponemos un poco de nuestra parte, podemos conseguir que cada vez hayan menos accidentes de tráfico.




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