El Coltán II

Entre las muchas consecuencias e implicaciones de la extracción del coltán vamos a destacar a continuación las de carácter medioambiental:

• Se han invadido el parque Nacional Kakuzi Biega, entre otros, para convertirlos en minas de coltán, favoreciendo así la destrucción de ecosistemas. Además tras la declaración de Parque Nacional se expulsó a las tribus indígenas que desde siempre vivían allí. 

• Se ha producido el desplazamiento de innumerables especies y está amenazando la vida salvaje.

• Se acarrean importantes repercusiones en la fauna, sobre todo gorilas y elefantes, pues los principales yacimientos del mineral se sitúan en sus hábitats.

• Los trabajadores de las minas, debido a sus intensivas jornadas de trabajo y la pobreza en la que viven, se alimentan cazando elefantes y gorilas, mientras las guerrillas comercializan el marfil y el cuero restantes. Estando estas especies están en peligro de extinción. Por ejemplo, la población de gorilas se ha reducido a la mitad en pocos años.

• La destrucción de estos microsistemas de flora y fauna, está poniendo en serio peligro todo el ecosistema de la zona.

• Muy recientemente se han encontrados elementos como el uranio, el torio y el radio, que pueden aparecer asociados al coltán, o estar incluso presentes en la propia estructura cristalina, con lo perjudicial y peligroso que es tanto para el medioambiente como para el hombre la presencia de estos elementos radioactivos. 

                                                                                           

                            

Pasamos a continuación a especificar el uso del coltán en aparatos electrónicos. Como ya se mencionó en la anterior parte, el principal elemento que obtenemos del coltán es el tántalo. Veamos cual es su utilidad.

El tántalo se usa principalmente en la fabricación de condensadores. El condensador electrolítico de tántalo ha ido sustituyendo a los condensadores electrolíticos tradicionales, al tener valores de capacidad eléctrica más exactos y ser mucho más pequeños. Estos son un componente esencial de los dispositivos electrónicos en la actualidad, presentes en teléfonos móviles, ordenadores, pantallas de plasma, cámaras digitales, GPS, videoconsolas, PDAs, MP3, MP4, o equipos de alta tecnología como los satélites artificiales. Es decir, su principal característica es la de conseguir una mayor capacidad con un menor tamaño, consiguiendo fabricar dispositivos tan pequeños como sea posible. 

También es destacable su gran conductividad, lo que es clave para poder elaborar redes de fibra óptica más rápidas y eficientes, y así tener conexiones más rápidas a Internet.

La proliferación de todos esos aparatos electrónicos y muchos otros más, ha desencadenado una nueva forma de contaminación a través de los propios dispositivos y de sus componentes. Por tanto, se hizo necesaria una normativa para la eliminación de residuos RAEE (Residuos de aparatos eléctricos y electrónicos) mediante una serie de directivas europeas.

En el siguiente esquema se muestra de forma general la gestión de RAEE

Los aparatos electrónicos pueden llegar a contener más de 60 elementos diferentes. Centrándonos en el caso de un teléfono móvil, se encuentra la presencia de 40 de los metales de la tabla periódica: metales como el cobre, estaño, cobalto, indio, plata, oro y paladio, entre otros. Por ejemplo, de 50.000 móviles se pueden sacar aproximadamente unos 350 kilos de cobre, unos 400 gramos de paladio, unos diez kilos de plata o un kilo de oro. Algo que parece un buen negocio teniendo en cuenta los millones de móviles que circulan por todo el mundo, pero proceso que no muchas empresas pueden realizar debido a la complejidad de extraer algunos de los elementos.

En concreto, más del 90% de los componentes de un móvil son reutilizables. El 58% es plástico, el 17%, vidrio, y el 25%, metales como hierro, cobre, plata y oro. La parte más contaminante es la batería al contener elementos como el cadmio, el litio e hidruros metálicos. 

Veamos quienes son los principales países consumidores de coltán.