jueves, 10 de abril de 2014

El corazón delator, Edgar Allan Poe

El relato trata acerca de la confesión de un joven nervioso y maniático que convive con un viejo. Vive obsesionado con el ojo enfermo del un anciano, este ojo lo hace enloquecer cada vez que lo ve, desesperándolo sin que poder evitarlo, hasta el punto de desear matar al viejo y acabar con el tormento que sufre a causa de su monstruoso ojo.

El narrador de los hechos intenta constantemente demostrar su cordura y quiere reflejar su lucidez a través de su conducta homicida, diciendo constantemente que no está loco, sino que es nervioso. Ya ha cometido el asesinato, y trata de excusar sus culpas, intentando convencer de que todo no es producto de su locura, sino que fue un impulso el que le llevó a cometer el crimen, debido al gran miedo que le producía el ojo de la víctima, ojo que él llamaba el “ojo de buitre”.  

El crimen lo ha meditado a fondo. Durante siete días vigila al viejo mientras duerme, siendo muy meticuloso en sus movimientos, para concretar la forma de matarlo sin dejar rastro. Una noche termina ahogándolo; después lo descuartiza y lo esconde bajo las tablas del piso. Todo ello movido por el odio que tenía y el terror que sentía al ojo del viejo.

"Me llevaba una hora entera introducir completamente la cabeza por la abertura de la puerta, hasta verlo tendido en su cama (...) cautelosamente iba abriendo la linterna (pues crujían las bisagras), la iba abriendo lo suficiente para que un solo rayo de luz cayera sobre el ojo de buitre. Y esto lo hice durante siete largas noches... cada noche, a las doce..."

Alertados por un grito, acuden dos agentes de policía que han sido avisados por un vecino. La policía no sospechaba nada del asesino. Después de hablar con ellos tranquilamente, el asesino termina delatándose al escuchar los latidos  del corazón del viejo bajo la tarima, que sonaban como un estruendo en su cabeza.

¡Basta ya de fingir, malvados! -aullé-. ¡Confieso que lo maté!



Podemos subrayar como temas principales del texto la locura que sufre el protagonista, a pesar de que insiste durante todo el relato que no está loco, llegando a desesperarse por demostrarlo, y el sentimiento de culpa que siente después de asesinar al viejo. Destaco sobre todo ese sentimiento de haber cometido el crimen, y sus remordimientos posteriores que lo llevan a la autoinculpación. Ese ruido que escucha, esos latidos del corazón, no eran más que provocados por su propia conciencia y que no le dejaba actuar y pensar con claridad. Y es que nuestros sentimientos se ven resentidos cuando cometemos algún acto que creemos que no deberíamos haber hecho, nos sentimos culpables cuando intencionadamente o sin querer realizamos alguna acción que perjudica a los demás. ¿Quién no ha escuchado alguna vez a Pepito Grillo?



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