domingo, 6 de abril de 2014

El gato negro, Edgar Allan Poe

El protagonista es un hombre que desde pequeño era apasionado por los animales y muy sensible, un hombre de carácter dócil y bondadoso. Se casó muy joven con una mujer que compartía sus mismos sentimientos por los animales. Entre ellos destacaba por encima de todos un gato negro de nombre Plutón, el cual era su favorito, siguiéndole a todas partes mostrándole su cariño. Con el paso de los años cambió su carácter, pasando a ser una persona malhumorado y violento, a causa del alcohol. Cada día sentía más odio y rencor hacía aquello que antes amaba. Maltrataba a su esposa y animales, excepto al gato que le tenía un enorme respeto. Sus animales notaban este cambio y poco a poco se alejaban de él, ya no le mostraban tanto afecto como tiempo atrás y evitaban su presencia.

Una noche en la que llegó a casa borracho agarro al gato, quien para defenderse le mordió. Con furia, usando con un corta plumas le sacó un ojo al pobre Plutón. A los días el gato mejoró, pero huía cuando se acercaba el amo, hasta que una mañana lo ahorcó en la rama de un árbol.   Esa misma noche toda la casa  ardió a causa de un incendio. Toda excepto una pared donde apareció gravado bajorrelieve la figura de un gato, con una cuerda en el cuello. Esto le provocó fuertes remordimientos.


Viendo esto como un aviso, trato de encontrar otro gato igual a Plutón. Hasta que un día en la taberna, medio borracho vio un gato negro parecido, solo que tenía una mancha blanca en el pecho, se lo llevo a la casa y al día siguiente descubrió que al igual que a su antigua mascota, le faltaba un ojo. Empezó a tener antipatía hacia el animal, que se había convertido en el favorito de su mujer. Con el pasar de los días la mancha banca del pecho fue cambiando sin que nadie lo percibiera, hasta que mostró una imagen precisa del patíbulo.

Un día mientras bajaba al sótano, el gato casi lo hace caer por las escaleras, lleno de furia el agarró un hacha con la intención de matarlo, pero su esposa se interpuso para impedírselo y acabó hundiéndole el hacha a ella en la cabeza.  Viendo que estaba muerta decidió ocultar el cuerpo en una de las paredes del sótano. A partir de ese momento, para su tranquilidad, el gato desapareció y todo se volvió paz a su alrededor a pesar del crimen que acababa de cometer. 

La policía investigando la desaparición de la mujer, registró la casa sin encontrar nada sospechoso. Él estaba muy tranquilo y cuando los policías ya se marchaban, les dijo que la casa estaba muy bien construida, que las paredes son bien solidadas, golpeando la pared donde estaba el cadáver. Comenzó en ese momento a escucharse un fuerte e insistente aullido. Los policías se dirigieron a la pared, la derribaron y allí estaba el cadáver, y sobre la cabeza estaba el gato.
Esta es la historia de un hombre, que por culpa del alcohol cambia su personalidad y es capaz de cometer los actos más atroces. Al principio es bondadoso y quiere a los animales y a su mujer, pero se vuelve perverso, maleducado, irritable y violento. Vemos como por culpa del alcohol se produce la degradación de su personalidad, hasta el punto en el que deja de ser el mismo y odia todo lo que representa su vida pasada. Su locura progresiva se refleja en su relación con Plutón. El alcoholismo le lleva a disfrutar con la perversidad, la atracción del mal, y a gozar con el dolor de su mejor amigo. Primero le arranca un ojo, para más tarde lo ahórcarlo. Plutón es, indirectamente, el causante de toda la paranoia que sufre.

El hombre está aterrorizado por sus actos y no se siente orgulloso de los mismos, es por eso que está buscando el perdón en vísperas de su muerte, posiblemente será ejecutado. “Mañana puedo morir y quisiera alivia la carga de mi espíritu”.

En este relato se ve reflejado uno de los problemas sociales más acuciantes: el alcoholismo. Aparte de las de las consecuencias físicas al organismo, conlleva otras de carácter psicológico y de trastorno de la personalidad. Entre los síntomas más características en el alcohólico destacan: mayor inmadurez, dependencia emocional, inseguridad, conductas temerarias, chantajes emocionales, baja tolerancia a la frustración, complejo de inferioridad, hostilidad, celos, fanfarronerías, complejo de culpabilidad, ideas y tentativas de suicidio, deterioro intelectual, pérdida de autocrítica, desequilibrio emocional, sensiblería, distorsión en el área sexual, excesos sexuales, impotencia temporal, pérdida progresiva de los intereses vitales, conductas extravagantes, trastornos de la personalidad, angustia, ideas delirantes, etc. Son muchas las personas que caen víctimas de esta “enfermedad”, la mayoría ya afectadas por ansiedad, tristeza, soledad o baja autoestima, personas que usan el alcohol para huir de estas afecciones y que erróneamente creen encontrar en una botella la solución a sus problemas.



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